Fe.

¿Qué es lo que hace sagrado al trono sagrado? La fe. Conservala.
Lois MacMaster Bujold, La Busqueda Sagrada.

Ya me habéis leido (u oido algunos pocos desafortunados) despotricar contra la religión en general, como ente abstracto. Contra la hipocresia de las clases que lideran las distintas religiones, contra la hipocresia de muchos de sus llamados creyentes y contra el predicar unos mensajes de odio en el nombre de unas filosofias que no tienen nada que ver con ese odio.
Y entonces, tranquilamente, escuchando música, salta en mi ordenador uno de los discos de Luis Guitarra que tengo por casa. Y ahí es cuando recuerdo que el problema, una vez más, no esta en la religión ni lo que simbolizan (la necesidad de explicar cosas que, de otra manera, serían inexplicables). La culpa esta en la gente. Y en un carencia de fe. Me explicaré.
Cuando una persona tiene fe en lo que dice, no va a juzgar a los demás por su fe, puesto que sabe, reconoce, que es algo totalmente personal y que cada uno la vemos de una manera distinta. Puede ser fe en Dios, una ideologia o una persona. En lo que querais, incluso en que Goku nos salvara a todos. Pero no ve sentido el imponerlo a los demás, puesto que sabe que es algo que no nace de la imposición por parte de los demás, sino de la disposición por parte de uno mismo.
Sin embargo cuando a una persona le quitas esa fe, ¿qué le queda? El dogma. Al contrario de la fe, los dogmas no son flexibles y no entienden de que otras personas no los tengan. No nacen de uno mismo, sino que vienen impuestos, por lo que, por un lado, son más sencillos de traicionar y, por otro, vemos como una obligación sagrada el imponerselos a los demás ya que, por supuesto, ellos estan equivocados y nosotros no. El dogma es aquello a lo que se aferran aquellas personas que tienen tanto miedo de la fe que no se abren a ella... sí, sé que queda muy filosofico, pero pensadlo bien.
Pensad en alguien que conozcais que sea especialmente tolerante. Pensad en las cosas que cree y en como habla de ellas. Y ahora pensad en el caso opuesto. ¿Véis la diferencia?
Estos días no hacemos más que ver las consecuencias de las acciones de personas que dejan que su dogmatismo se imponga, llevamos tiempo viendolo. ¿Cómo solucionarlo? Tal vez rebelandonos. No dejéis que os impongan pensamientos. Tratad de tener vuestro propio juicio. Y, sobretodo, no perdais la fe.