miércoles, octubre 31, 2007

Halloween.

Según la mitología celta (pues es de donde proviene esta tradición) hoy es el día(y la noche) en la cual la frontera entre nuestro mundo y el mundo de los muertos es más fina. Normalmente se celebra mostrando el respeto a muertos y brujas, de hecho las tradiciones de disfrazarse y ofrecer comida a extraños venía de que nunca sabías si quien estaba en tu puerta pertenecía a este mundo o al otro.También esta el contar historias de miedo para "honrar" las acciones de los fantasmas y otros seres.
De los autores de literatura de terror el mejor, a gusto de muchos, es Edgar Allan Poe (19 de enero de 1809 - 7 de octubre de 1849) autor de cuentos como El corazon delator o La verdad sobre el caso del señor Valdemar (os sonará ese nombre a todos los que hayáis leido a Gaiman). Como a mi las historias de miedo no me gustan (tan grande y tan cobarde, como dirían algunos), mi particular homenaje a este genio del genero del terror consiste en poner una poesía suya que me encanta... por muchos motivos. Entre ellos, los recuerdos que me evoca. Así pues, os dejo con Annabel Lee.

Anabel lee
Por Edgar Allan Poe.

Hace muchos, muchos años, en un reino junto al mar,
Habitaba una doncella cuyo nombre os he de dar,
Y el nombre que daros puedo es el de Annabel Lee,
Quien vivía para amarme y ser amada por mí.

Yo era un niño y era ella una niña junto al mar,
En el reino prodigioso que os acabo de evocar.
Más nuestro amor fue tan grande cual jamás yo presentí,
Más que el amor compartimos con mi bella Annabel Lee,
Y los nobles de su estirpe de abolengo señorial
Los ángeles en el cielo envidiaban tal amor,
Los alados serafines nos miraban con rencor.

Aquel fue el solo motivo, ¡hace tanto tiempo ya!,
por el cual, de los confines del océano y más allá,
Un gélido viento vino de una nube y yo sentí
Congelarse entre mis brazos a mi bella Annabel Lee.

La llevaron de mi lado en solemne funeral.
A encerrarla la llevaron por la orilla de la mar
A un sepulcro en ese reino que se alza junto al mar,
Los arcángeles que no eran tan felices cual los dos,
Con envidia nos miraban desde el reino que es de Dios.

Ese fue el solo motivo, bien lo podéis preguntar,
Pues lo saben los hidalgos de aquel reino junto al mar,
Por el cual un viento vino de una nube carmesí
Congelando una noche a mi bella Annabel Lee.

Nuestro amor era tan grande y aún más firme en su candor
Que aquel de nuestros mayores, más sabios en el amor.
Ni los ángeles que moran en su cielo tutelar,
Ni los demonios que habitan negros abismos del mar
Podrán apartarme nunca del alma que mora en mí, Espíritu luminoso de mi
hermosa Annabel Lee.

Pues los astros no se elevan sin traerme la mirada
Celestial que, yo adivino, son los ojos de mi amada.
Y la luna vaporosa jamás brilla baladí
Pues su fulgor es ensueño de mi bella Annabel Lee.


Yazgo al lado de mi amada, mi novia bien amada,
Mientras retumba en la playa la nocturna marejada,
Yazgo en su tumba labrada cerca del mar rumoroso,
En su sepulcro a la orilla del océano proceloso

3 comentarios:

Profesor James Moriarty dijo...

es una pena en lo que ha quedado halloween, beber hasta morir y poco mas...
y pensar que si le preguntas a los goticos por anabel lee te dicen que es una cancion de radio futura... poe en los institutos ya

tita hellen dijo...

No habia leido este poema, lo ultimo que lei de edgar alan poe fue poco antes de que se muriese mi abuelo y le cogí mania por eso...

sin embargo es precioso este poema

Riva dijo...

xD yo nunca acabé de encontrarle el punto por el tema de que casi toda su obra es o muy triste o da miedito, pero este poema... me trae muchos recuerdos (no necesariamente alegres, pero recuerdos al fin y al cabo).

Me alegro de que te gustase :)

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