Llevo algo más de un més en el exilio. O destierro. O como queráis llamarlo. Vamos, a más de tres mil kilométros de mi casa pasando frío en un país extraño donde vine sin conocer a nadie. Muchos lo veran como una locura. Otros como una oportunidad. Ya veremos como resulta.
La llegada estuvo bien... viné en el mismo avión que mi hermana (aunque ella continuaría hasta China) y bastante ancha en el avión (el asiento de mi lado estaba vacio) de manera que fui bastante comoda. Al llegar al aeropuerto de Vantaa me estaba esperando uno de mis tutores para llevarme hasta mi piso (y menos mal ya que no quiero ni imaginarme lo que hubiera sido tratar de orientarme ese primer día conociendo mi sentido de la orientación) y me dio una serie de instrucciones básicas sobre sitios donde podía comprar algo (era domingo) y que tenía que hacer al día siguiente.
Poco a poco me fui matriculando en distintos cursos y notando varias cosas. La primera es que los finlandeses, por regla general, son callados pero muy amables. La segunda es que aquí prácticamente todo el mundo habla inglés: desde señoras con más de sesenta años hasta adolescentes. De manera que no tienes el miedo que se tiene en otros paises de tener que acabar comunicandote por señas o sin saber que hacer porque nadie te entiende ni puede ayudarte. La tercera, que se va reafirmando poco a poco, es que el sistema universitario español va tan de culo no porque los profesores tengan que investigar para que les paguen, no... sino porque, directamente, pasan del tema. Más que nada porque aquí veo como los profesores, aún estando muy ocupados, siempre tienen un momento para contestar tus correos electrónicos o tus dudas con una sonrisa.
Aparte de eso el piso... esta bastante bien. Es decir, las zonas comunes son muy pequeñas pero, a cambio, las tres habitaciones son grandes. Esta a apenas diez minutos de lo que es el campus propiamente dicho (es decir, los edificios donde se dan las clases ya que, técnicamente, la urbanización esta en el campús). He tenido suerte con la orientación ya que le da el sol toda la "tarde" (es decir, desde el cenit hasta que se pone), de manera que mi habitación se caldea un poco por las tardes. Y, sorprendentemente, puedo estar en manga corta por él sin morir de frio... ¿será que construyen para que la casa no pierda calor por los cuatro costados? Lo malo... o menos bueno, es que para lavar la ropa hay una lavandería al más puro estilo americano y que, al estar donde esta, para cualquier cosa tengo que ir a Helsinki o a otros barrios de Espoo.
Mis compañeras de piso... lo cierto es que he tenido muchísima suerte con ellas ya que tenemos las tres una forma de ser parecida. Además, ninguna estamos haciendo el PFC de manera que tenemos un montón de clases lo que significa que la atmosfera que se respira aquí es muy tranquila y buena para estudiar.
Respecto a la gente en las clases... con quienes tengo más relación es con mis compañeros de Suomi 1A... sí, estoy estudiando finlandés, sobretodo con un par de chicas griegas que aparte de ser muy frikis son bastante extrovertidas y estan como una regadera. Curiosamente me relaciono más con gente de otros países que con los españoles... el motivo no lo tengo muy claro aparte del hecho de que en la mayoría de los casos la gente se empeña en formar guetos y no realcionarse con el exterior... bueno y que la mayoria vienen a hacer el PFC de manera que pueden permitirse un nivel de juerga que, teniendo clases todos los días, yo no puedo.
Aparte de eso poco más hay que contar... visitas a Tallín y Turku (capital de Estonia y antigua capitál de Finlandia para el que no lo sepa) y varías visitillas a Helsinki (ya he localizado una tienda de comics).
Poco más hay que contar... otro día seguiré contando las historias que me vayan pasando.
La llegada estuvo bien... viné en el mismo avión que mi hermana (aunque ella continuaría hasta China) y bastante ancha en el avión (el asiento de mi lado estaba vacio) de manera que fui bastante comoda. Al llegar al aeropuerto de Vantaa me estaba esperando uno de mis tutores para llevarme hasta mi piso (y menos mal ya que no quiero ni imaginarme lo que hubiera sido tratar de orientarme ese primer día conociendo mi sentido de la orientación) y me dio una serie de instrucciones básicas sobre sitios donde podía comprar algo (era domingo) y que tenía que hacer al día siguiente.
Poco a poco me fui matriculando en distintos cursos y notando varias cosas. La primera es que los finlandeses, por regla general, son callados pero muy amables. La segunda es que aquí prácticamente todo el mundo habla inglés: desde señoras con más de sesenta años hasta adolescentes. De manera que no tienes el miedo que se tiene en otros paises de tener que acabar comunicandote por señas o sin saber que hacer porque nadie te entiende ni puede ayudarte. La tercera, que se va reafirmando poco a poco, es que el sistema universitario español va tan de culo no porque los profesores tengan que investigar para que les paguen, no... sino porque, directamente, pasan del tema. Más que nada porque aquí veo como los profesores, aún estando muy ocupados, siempre tienen un momento para contestar tus correos electrónicos o tus dudas con una sonrisa.
Aparte de eso el piso... esta bastante bien. Es decir, las zonas comunes son muy pequeñas pero, a cambio, las tres habitaciones son grandes. Esta a apenas diez minutos de lo que es el campus propiamente dicho (es decir, los edificios donde se dan las clases ya que, técnicamente, la urbanización esta en el campús). He tenido suerte con la orientación ya que le da el sol toda la "tarde" (es decir, desde el cenit hasta que se pone), de manera que mi habitación se caldea un poco por las tardes. Y, sorprendentemente, puedo estar en manga corta por él sin morir de frio... ¿será que construyen para que la casa no pierda calor por los cuatro costados? Lo malo... o menos bueno, es que para lavar la ropa hay una lavandería al más puro estilo americano y que, al estar donde esta, para cualquier cosa tengo que ir a Helsinki o a otros barrios de Espoo.
Mis compañeras de piso... lo cierto es que he tenido muchísima suerte con ellas ya que tenemos las tres una forma de ser parecida. Además, ninguna estamos haciendo el PFC de manera que tenemos un montón de clases lo que significa que la atmosfera que se respira aquí es muy tranquila y buena para estudiar.
Respecto a la gente en las clases... con quienes tengo más relación es con mis compañeros de Suomi 1A... sí, estoy estudiando finlandés, sobretodo con un par de chicas griegas que aparte de ser muy frikis son bastante extrovertidas y estan como una regadera. Curiosamente me relaciono más con gente de otros países que con los españoles... el motivo no lo tengo muy claro aparte del hecho de que en la mayoría de los casos la gente se empeña en formar guetos y no realcionarse con el exterior... bueno y que la mayoria vienen a hacer el PFC de manera que pueden permitirse un nivel de juerga que, teniendo clases todos los días, yo no puedo.
Aparte de eso poco más hay que contar... visitas a Tallín y Turku (capital de Estonia y antigua capitál de Finlandia para el que no lo sepa) y varías visitillas a Helsinki (ya he localizado una tienda de comics).
Poco más hay que contar... otro día seguiré contando las historias que me vayan pasando.
2 comentarios:
Se vé que lo tienes muy claro y que lo llevas bastante bien. Me alegro de que estes tan agustico con tus compis de piso. Y si, todo el mundo dice lo mismo, cuando sales de España te das cuenta de que si aqui las cosas no funcionan es porque a la gente no le sale de los cojones. Besicoooooooooooos.
A mí me pasa un poco lo mismo. Cuando fui a Cracovia había un español que tenía poca idea de inglés y estaba todo el rato intentando hablar en castellano. A mí me gustaba hablar más con los extranjeros, a ser posible en inglés. A mitad de semana vino un amigo suyo valenciano y cada dos por tres hablando en valenciano, lo cual me sentaba como una patada porque estaba delante y muchas veces no les entendía. Que no es que le tenga fobia al valenciano, pero podía tener el detalle.
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