Las huelgas me ponen de mala leche. Siempre. Sin excepción. Me da igual quien las convoque o el motivo por el que se convocan. Y es que cuando todos los huelguistas, especialmente los Sindicatos... a esos podría dedicarles páginas y páginas en exclusiva, se llenan la boca con su derecho constitucional a hacer huelga se olvidan de que hay otro derecho constitucional: el de que quien no quiera hacer huelga pueda trabajar.
Dicen que los servicios mínimos son un cachondeo y, en determinados sectores, lo son. Curiosamente esos mismos sectores que tendrían argumentos insuperables para ir a la huelga desde hace más de diez años pero que, curiosamente, no van. ¿Motivo? Tal vez el que suelan ser gente responsable que sabe que se su trabajo dependen vidas (sí, médicos y enfermeras, me refiero a vosotros cuya dedicación me sorprende día a día a pesar de todas las trabas que os ponen los distintos gobiernos para que podáis trabajar en las condiciones que os merecéis).
Lo que a mi me parece un cachondeo es que los sindicatos después de todos estos años sin hacer ni el huevo y permitiendo situaciones vergonzosas (prejubilaciones, privatización y externalización de servicios con la consiguiente pérdida de empleo, que se juegue con las pensiones de la gente y una larga lista de barbaridades) sea ahora cuando resurjan con un alarde de superioridad y, además, ¡se atrevan a decir que no les han dejado otra salida!
Me recuerdan al capítulo aquel de 24 donde Vauer le pega un tiro a la mujer del tío al que esta interrogando mientras le espeta "¿Ves lo que me has obligado a hacer?". Sintiendolo mucho comprendo la convocatoria de huelga. Incluso puedo apoyarla. Lo que no puedo, jamás, apoyar es que se intente chantajear a nadie secuestrando una ciudad como se esta haciendo ahora.
Y es que, señores, mucho pedir que se respete vuestro derecho a la huelga mientras que os pasáis por el arco del triunfo el derecho al trabajo de un par de millones de personas, incluidos aquellos empleados de metro que, por las circunstancias que sean, han decidido acudir hoy a sus puestos de trabajo como servicios mínimos. ¿Qué pasa es que los derechos de unos valen más que los de los otros?
Esos son los motivos por los que me fastidian las huelgas. Porque siempre se olvidan muchos, aquellos que forman los piquetes, de que no son los únicos con derechos. Y a lo mejor ese tío al que llamas esquirol mientras intentas obligarle a que no vaya a trabajar no puede permitirse no cobrar X días. O ese camión que quemas para que no pueda salir tenía dentro durmiendo al conductor que esperaba que su mujer fuese a buscarle porque sabía que volver a su casa en el camión era imposible.
Dicen que los servicios mínimos son un cachondeo y, en determinados sectores, lo son. Curiosamente esos mismos sectores que tendrían argumentos insuperables para ir a la huelga desde hace más de diez años pero que, curiosamente, no van. ¿Motivo? Tal vez el que suelan ser gente responsable que sabe que se su trabajo dependen vidas (sí, médicos y enfermeras, me refiero a vosotros cuya dedicación me sorprende día a día a pesar de todas las trabas que os ponen los distintos gobiernos para que podáis trabajar en las condiciones que os merecéis).
Lo que a mi me parece un cachondeo es que los sindicatos después de todos estos años sin hacer ni el huevo y permitiendo situaciones vergonzosas (prejubilaciones, privatización y externalización de servicios con la consiguiente pérdida de empleo, que se juegue con las pensiones de la gente y una larga lista de barbaridades) sea ahora cuando resurjan con un alarde de superioridad y, además, ¡se atrevan a decir que no les han dejado otra salida!
Me recuerdan al capítulo aquel de 24 donde Vauer le pega un tiro a la mujer del tío al que esta interrogando mientras le espeta "¿Ves lo que me has obligado a hacer?". Sintiendolo mucho comprendo la convocatoria de huelga. Incluso puedo apoyarla. Lo que no puedo, jamás, apoyar es que se intente chantajear a nadie secuestrando una ciudad como se esta haciendo ahora.
Y es que, señores, mucho pedir que se respete vuestro derecho a la huelga mientras que os pasáis por el arco del triunfo el derecho al trabajo de un par de millones de personas, incluidos aquellos empleados de metro que, por las circunstancias que sean, han decidido acudir hoy a sus puestos de trabajo como servicios mínimos. ¿Qué pasa es que los derechos de unos valen más que los de los otros?
Esos son los motivos por los que me fastidian las huelgas. Porque siempre se olvidan muchos, aquellos que forman los piquetes, de que no son los únicos con derechos. Y a lo mejor ese tío al que llamas esquirol mientras intentas obligarle a que no vaya a trabajar no puede permitirse no cobrar X días. O ese camión que quemas para que no pueda salir tenía dentro durmiendo al conductor que esperaba que su mujer fuese a buscarle porque sabía que volver a su casa en el camión era imposible.