viernes, mayo 11, 2007

Nada es lo que parece.


Si os dijese que hay una rubia de metro ochenta que se llama Mary Beth, pero todo el mundo conoce como Tambi, apuesto lo que sea que lo primero que se os viene a la cabeza es una animadora. Lo segundo, probablemente, una actriz porno.

¿Qué ocurre si os digo que Tambi es esta rubia?

Strangers in paradise 88


Si, amigos, descubris que de repente nombres como Tambi o Bambi cobran un nuevo significado... y en este caso, dan miedo. Lo cual me lleva a que nada es lo que parece. Las rubias no son (necesariamente) encefalogramas planos, las mosquitas muertas no son inofensivas, los geeks no son (de nuevo, necesariamente) ineptos sociales, los bakalas no son tontos (alguno se libra... a veces).
En este caso, al ver la imagen estaréis, probablemente, viendo a una mala bestia con poco cerebro que nada tiene que ver con la animadora tonta, pero solo sirve para romper pareces con sus manos desnudas... cuando, en realidad, es uno de los personajes más inteligentes que he tenido el placer de leer durante años. De nuevo las apariencias engañan.
Además, durante muchos números se la considera un personaje insensible, que sólo busca su propio beneficio. Pero, poco a poco, ves como, si sólo buscase su propio beneficio, no haría ciertas cosas. No tomaría determinadas decisiones. No se arriesgaría a perderlo todo para que otra persona fuese feliz. Una vez más, las apariencias engañan.
Y es que, como dije antes, las cosas rara vez son lo que parecen, de manera que... desconfiad de las apariencias antes de juzgar a nadie. A veces los gatos se disfrazan de leones... y a veces los lobos de corderos.

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