miércoles, enero 02, 2008

Ningún padre debería tener que enterrar a sus hijos. Es algo a lo que llegué a la conclusión hace unos años, la primera vez que murió uno de mis amigos. Fue un accidente de coche. Yo tenía 17 años recien cumplidos. Ibamos a quedar la semana siguiente para arreglar su ordenador.
La segunda vez, fue un compañero de clase. Una de las pocas personas que, estando todavía en el colegio, tenía las narices de salir en mi defensa cuando sus amigos se pasaban de la raya. Es curioso como me defendía a mi, la paría, de sus amigos. De nuevo fue en un accidente de coche. Era mi primer año de carrera. Yo tenía 18 años.
La tercera ocasión fue otra compañera de clase. Una persona que había sido amiga mia durante más de diez años. Que no se reía de mi cuando me veía leyendo y, de hecho, muchas veces intercambiabamos comics o libros, comentandolos en los descansos. Esta vez fue el cancer, esa plaga del siglo XX. Fue el año pasado. Yo tenía 22 años. No fui capaz de juntar fuerzas para ir al funeral... y doy gracias, como en las dos ocasiones anteriores, por mis amigos y por mi hermana... no sé bien que hubiese hecho sin ellos.
Hoy ha vuelto a ocurrir. Me he despertado resacosa después de la fiesta de ayer y me lo ha dicho mi madre. Volvían del tanatorio. Había sido una amiga de la infancia... no sé cuantas horas pasamos jugando en mi casa o en la suya cuando eramos pequeñas. Luego... las cosas cambian. Crecemos, dejamos de coincidir. Pero, de vez en cuando, nos cruzabamos yendo o viniendo del metro y nos poníamos al día. Ha sido una neumonía. Algo que se supone que en pleno siglo XXI debería poder curarse y, desde luego, no llevarse a una veinteañera teoricamente sana.
De nuevo reflexiono... pienso que esas muertes no son justas. En general, ninguna lo es, pero a veces te queda el consuelo, pequeño pero consuelo al fin y al cabo, de que la persona ha vivido todo lo que tenía que vivir y, simplemente, su cuerpo sabía que ya era hora de descansar. No ha sido así en ninguno de estos casos. No ha sido justo.

4 comentarios:

Jael H.G. dijo...

Joder, que mierda, lo siento mucho, pequeña ;*******

*abraza

la reina del hielo dijo...

no hay palabras de consuelo para estas cosas, pero un abrazo ayuda mucho. un besazo, preciosa.

Pícara dijo...

Lo siento :*********

Un abrazo muy grande

Master dijo...

:-(

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