domingo, marzo 22, 2009

Este año la cosa va de Question...

os dejo con uno de mis regalos de cumpleaños :D como mola Question (ambos dos)

Redirección del RSS

Bien... como algunos habréis notado, hace un par de días que el rss de feedburner no funciona bien. Esto parece ser porque han redirigido el rss a feeds2.feedburner.com/ThangtarByNight . ¿Por qué ha pasado esto? Ni idea, ya que en teoría no debería influir, pero influye. ¿Solución más rápida? Cambiar la redirección. De todas maneras, seguiremos informandoos.

prueba del feed

para ver si lo actualiza.

miércoles, marzo 18, 2009

PowerPoint

Recuerdo la gracia que me hizo el ver la animación flash del gato y la conejita... sobretodo la escena del powerpoint. Es una de esas escenas que cuando les pasa a otros es divertida. Es decir, hay cosas que son autoexplicativas como, por ejemplo, "quiero tal cosas" o "no quiero tal otra" o "ni se te ocurra hacer esto".
Vale, puede que no sean tan autoexplicativas.
Porque luego resulta que te encuentras con que eso que has repetido hasta la saciedad y has tratado de explicar de todas las maneras posibles con frases cortas y sencillas... no se ha entendido. Vamos, prefiero pensar que no se ha entendido a que se ha ignorado soberanamente como hacemos con las cosas que preferimos que no esten ahí. Y me acuerdo de algo que lei en un fic (no recuerdo el título) en el cual esta la protagonista escribiendo manuales para armas (frases cortas y sencillas, ya sabeis) y su jefe le pide que lo simplifique aún más... que en vez de utilizar lenguaje de octavo de EGB (ahora 2º de la ESO) los haga como si estuviese hablando a chavales de diez años...
Y me doy cuenta de que, efectivamente, esas situaciones son divertidas cuando les pasan a otros. Cuando te pasan a ti te dan unas ganas enormes de abrir la cabeza de alguien a ver si hay ALGO dentro que reciba tus frases. O si, sencillamente, despues del "Hola,¿qué tal?" sus funciones cognitivas son como las de Hommer Simpsom (ya sabéis... blablablablablabla).

martes, marzo 10, 2009

Cosas que pasan


Hace unos años, cuando salió, me regalaron mis amigos por mi cumpleaños este disco original. Era la época en que oía mucho a Marea y, después de estar hiperactiva durante meses con este lanzamiento, hicieron frente común, impidieron que me lo comprase y me lo regalaron.
Lo perdí en un accidente donde el coche donde lo llevaba, puesto que era mi música de conducir, quedó siniestro total. Los CDs de música que llevabamos en la guantera pasaron a mejor vida. Por suerte fue lo único, junto al coche, que lo hizo.
Hoy empece a tararear esta canción en el metro, cuando volvía a casa después de un día demasiado largo, y me he dado cuenta de todo lo que ha cambiado desde ese día cumpleaños ya tan lejano. Apenas mantengo el contacto con las personas que me lo regalaron y... bueno, no puedo decir que ahora este mucho mejor que entonces. Si acaso al contrario.
El caso es que sigo escuchando esta canción, tarareandola y sabiendomela de memoria... y sigo derramando una lagrimita al oir Corazón de mimbre... y ahora he vuelto a recibir mensajes desde Barna cada vez que en un bar suena Marea porque hay alguien que siempre se acuerda de mi. Supongo que no soy la única que recuerda. Lo malo es recordarlo todo con demasiada claridad desde mi propio, y deformado, punto de vista.

domingo, marzo 08, 2009

Invisible.

La anécdota más curiosa, y deprimente, de mi infancia es la del día aquel que mis padres se olvidaron, por completo, de que tenían que ir a buscarme a la sálida de la academia de inglés a eso de las nueve de la noche. Es decir, puedo comprender que te retrases porque no recuerdes si tu hijo sale a una hora o a otra porque cada día tiene una hora de sálida distinta pero de ahí a olvidarse... El caso es que supe lo que era sentirse invisible.
Total y absolutamente.
Odié esa sensación.
De vez en cuando vuelvo a tenerla.
Es una de esas sensaciones por las que te prometes cosas. No depender tanto de nadie. No bajar barreras. No dejar que la gente se acerque tanto como para que, cuando seas invisible para ellos, te acabe destrozando. El tipo de promesas que, cuando crees que estas a salvo, rompes. Y claro, volvemos a empezar.
Intelectualmente sabes que es una chorrada pero, como dijo Blaise Pascal, el corazón tiene sus razones que la razón no puede entender. O dicho de otra manera, duele. Mucho. Durante mucho tiempo. Y no lo olvidas. Ni llegas a perdonarlo del todo. Sí, te piden disculpas, tu dices que no pasa nada, y sigues adelante. Pero en ese rincón donde guardamos las cosas para no olvidar, queda. Y da igual que pasen diez, quince, veinte años. Sigue doliendo. Y, dado que sigue doliendo, sigues sin perdonarlo del todo. Entonces te crees a salvo y lo medio olvidas hasta que... ya sabéis como sigue la historia.
Y es cuando empieza de nuevo el ciclo que vas a ese rinconcito donde habías guardado todas las cosas de no olvidar y las desempolvas, las miras, las recuerdas y vuelves a herirte con ellas. Y descubres que no las has perdonado lo que, probablemente, te hace peor persona. Pero te da igual ya que, visto lo visto, ¿quién quiere ser una buena persona? Después de todo, son las que se llevan los golpes siempre en la misma mejilla hasta que esa esta destrozada y ponen la otra.
Aunque también es cierto que no importa lo buena o mala persona que seas. Si eres invisible, si lo has sido una sóla vez, al final volverás a serlo. Y, muy probablemente, lo odiarás pero, inevitablemente, no podrás hacer nada al respecto. Porque no es una decisión que tomes tú, sino una que toman otros por tí, de manera consciente o no.

The invisible and the non-existent look very much alike
Delo McKuon



sábado, marzo 07, 2009

No hay lugar más solitario que una multitud.

No recuerdo quien dijo la frase. La verdad es que no importa. Es cierta. Dolorosamente cierta. Hay muchas personas que piensan que la soledad consiste en estar sólo todo el día. Tienen una visión demasiado... límitada de la realidad. La soledad se encuentra en cualquier lugar, independientemente de la gente que haya en él. Unicamente hay que mirar alrededor y ahí esta.
Es facil de ver... no hace falta más que fijarse en los ojos de la gente, en sus miradas. Se trata de uno de esos ejercicios curiosos que no está de más hacer de vez en cuando. Habrá miradas cálidas, o aburridas. Incluso alguna desaprobadora. Y luego estan las infinitamente tristes, tal vez algo pérdidas. Esas son las de aquellos que se sienten sólos. Las que parece que hayan perdido lo que les guiaba, fuese lo que fuese, y ahora estan a la deriva.
Curiosamente sólo he encontrado esas miradas en medio de las multitudes. Sus dueños no tenían ningún factor común: hombres y mujeres, jovenes y viejos, ricos y pobres. Salvo que estaban rodeados de gente y, sin embargo, su mirada estaba vacia, pérdida.
Es el tipo de momentos que hace que me pregunte que les hace falta a esas personas para dejar atrás esa mirada, para que parezca que estan completos. Tal vez algún día lo descubra.

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